En edades tempranas los niños aún
no saben leer y algunos difícilmente conocen alguna palabra escrita en el
cuento, nosotros como maestros somos los encargados de introducirles en el fantástico
mundo de la lectura escogiendo los cuentos y la técnica más adecuada en función
de la edad del niño.
El cuento que yo escogí fue el
del monstruo de los colores, y la técnica escogida fue la narración, como ya
sabemos aunque leer y narrar se parecen no son iguales, el narrador aquí conoce
ya la historia y no necesita leerla pues le vale con apoyarse en las imágenes para
seguir con la historia pudiendo modificarla ligeramente para darle más emoción a
lo que estamos viendo aun sin cambiar lo que está pasando.
El monstruo de los colores es un
cuento muy sencillo para poder narrar a niños de tres a cuatro años (Ultimo año
del primer ciclo de E.I.) que sería la edad que yo elegiría pues las imágenes de
lo que le va sucediendo a nuestro protagonista son muy gráficas y no hace falta
que conozcan las palabras que están escritas para saber que le está ocurriendo.
Este cuento al ser mi favorito y
haberlo contado tanto durante mis practicas
apenas necesite preparación para realizar la actividad pues desde que
fue propuesta en clase yo ya tuve claro la técnica y el cuento que quería utilizar.
El día anterior practique la narración
unas cuantas veces para ver cómo hacerlo
en clase, donde podía ser más espontaneo, y donde podría hacer más énfasis para
no perder la atención de mis compañeros.
En clase nos dividimos en grupos
de tres y fuimos rotando unas cuantas veces para ver como el resto de
compañeros se lo prepararon y decirles sus puntos fuertes y los débiles.
En mi caso casi todo fueron cosas
buenas como por ejemplo que se notaba que me había preparado la técnica de la narración
y que conocía el cuento a la perfección, que la velocidad era la adecuada y que
les gustaba mucho como narraba, que los hacia engancharse a la historia y que
estaban esperando impacientes para saber que le ocurría en la siguiente página,
como negativo los últimos me dijeron que no conseguí ese énfasis que debí haber
conservado y lo conté mas desganado. Aunque al principio de la actividad sentí nervios,
pues cuando he narrado este cuento a los niños no me he preocupado por cómo me verían
desde fuera, al notarles que les gustaba la forma en la que lo narraba los
nervios se disiparon y me puse en situación como si fuesen los niños de mi
clase.
Elegir un cuento, su técnica y
adecuarlos a la edad puede ser algo difícil para un maestro pues tienes que
tener muy presente los factores que hay, como por ejemplo la personalidad de
todos los niños o que omento de su desarrollo cognitivo se encuentran, ha sido
una experiencia bastante gratificante ya que en un futuro cuando seamos
maestros podremos tener en cuenta todo esto.
Perfecto.
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